domingo, 6 de diciembre de 2009
Simulacro
El simulacro no es lo que oculta la verdad. Es la verdad la que oculta que no hay verdad. El simulacro es verdadero.
La apropiación clausura el espacio de la representación y nos introduce a la simulación como arte de la desaparición perdida del aura del original y la desaparición de la figura moderna del autor, sustituyéndola por la intertextualidad sin inicios y sin final del simulacro.
El concepto de simulacro -la noción principal del filósofo francés Jean Baudrillard (1929-2007) –como categoría que puede proporcionar una instrumento para analizar y comprender la estética y el arte en la época denominada por este, como la época de la simulación total.
No fue Baudrillard quien “inventó” este concepto. En la tradición francesa el simulacro entró en el uso gracias a los textos de G. Bataille y P. Klossowski; también G. Deleuze emprendió el análisis del antiguo “simulacrum”.
Si bien hoy en día la mayoría de los artistas trabajan rodeados de imágenes utilizando la imagen no solo como referente sino también como herramienta discursiva, en un mundo dominado por la publicidad y los medios de comunicación corremos el riesgo de caer tan solo en la imitación y la repetición de de la imagen que tomamos prestada, en éste sentido se plantea utilizar la imagen como punto de partida para elaborar otra imagen más sencilla o más compleja distinta y distante del referente original de la primera a través de una metodología simple que ayude no solo a explorar las posibilidades discursivas de la imagen pero también a definir nuestro propio discurso.
Generalmente se ha seguido una metodología histórica o teórico-sociológica a la hora de abordar el estudio de esta nueva tendencia apropiacioncita que surge a finales de los setenta -paradigmáticamente representada por el grupo Pictures. En 1977 el teórico del arte Douglas Crimp organizó una exposición en el Artist Space de Nueva York y la tituló Pictures. Troy Brauntuch, Jack Golstein, Sherrie Levine, Robert Longo, Cindy Sherman y el resto de artistas incluidos en la muestra compartían una metodología y un discurso común: todos apropian imágenes ―de los media, de la Historia del Arte…― para cuestionar, más que la representación en sí -planteamiento más afín a la modernidad-, los mecanismos a través de los cuales ésta se codifica.
Es decir, se ha intentado trazar un recorrido histórico por la práctica apropiacionista ―que evidentemente comienza con la estrategia duchampiana del ready-made―, a fin de legitimar la metodología que utilizan estos artistas; por otro lado, se ha hablado de una posible afinidad con la crisis de la representación mediática que surge a principios de los ochenta. El interés por el mito contemporáneo, la fijación por el signo, la concepción de la imagen como alegoría, la muerte del autor, la intertextualidad, etc. son algunos de los componentes presentes en el trabajo de estos artistas apropiacioncitas que dejan constancia evidente de la dependencia posestructuralista. Aunque haya introducido esta idea soslayada mente, la asociación imagen apropiada=alegoría resulta fundamental para introducir una nueva característica de este tipo de trabajos: La intertextualidad. En la figura alegórica la mutación se produce a nivel de la significación, no del signo. El hecho de que la obra alegórica sea susceptible de adquirir nuevos significados, nuevas interpretaciones no implica que éstos se impongan a partir del propio signo, como si fueran niveles exógenos e implantados al mismo, la importancia de la alegoría radica en que todos los niveles de significación están potencialmente contenidos en la estructura de su signo básico.
Propuesta artística
Crear una serie de seis obras basadas en el concepto de simulacro.
El concepto de simulacro se justifica en esta obra, ya que deviene de la idea de cover, luego del estudio hecho a la caja de la memoria y se entiende como una repetición, que se basa en recolección de experiencias, de objetos que recuerden alguna de ellas las mas significativas en este caso. El echo de recordar se entiende como una repetición a la vez, ya que el recuerdo en si es una repetición de un momento, lapso de tiempo determinado. Con esto sigue el juego de repetición, pero ya no solo de simulación de la obra de Rothko sino que se densifica aun más ya que se le otorga una mayor lectura desde la experiencia desde la repetición de los recuerdos.
La palabra “recordar” deviene del latín “recordari”, formado de re (de nuevo) y cordis (corazón). Recordar quiere decir mucho más que tener a alguien presente en la memoria, significa volver a pasar por el corazón.
La apropiación es un concepto fundamental en la obra ya que sostiene su discurso en intertextualidad que otorga el simulacro. La elección de las seis obras de Mark Rohko responde al expresionismo abstracto ya que una de las características que principales de los expresionistas abstractos es la concepción de la superficie de la pintura como all over (cobertura de la superficie), para significar un campo abierto sin límites en la superficie del cuadro: el espacio pictórico se trata con frontalidad y no hay jerarquía entre las distintas partes de la tela. Fue el crítico Greenberg el que calificó el trabajo de pintores expresionistas como de all over.
Dentro del expresionismo abstracto destaca la action painting, tendencia diferenciada que incluso a veces se usa para nombrar a todas estas obras expresionistas. Aunque, como se ha señalado, el término action painting fue utilizado por el crítico Harold Rosenberg en 1952, se había utilizado con anterioridad. Así, en el Berlín de 1919, y en América hacia 1929, para designar las primeras composiciones abstractas de Kandinsky.
El centro de interés de la action painting es el gesto o movimiento de pintar, llamándosela también «pintura gestual» por la primacía que dio al procedimiento pictórico en sí. Se hace del acto de pintar un gesto espontáneo. Es un tipo de automatismo que plasma el estado físico y psíquico del pintor. De esta manera, Elimina los límites tradicionales entre el pintor y la pintura, ligando la acción de pintar con la biografía del artista.
El objetivo es crear una serie de obras que en conjunto den cuenta del concepto de simulacro, que sea de fácil lectura la deconstrucción de este, en el espacio.
Lograr jugar armónicamente con los modelos espaciales y los volúmenes adosados a la pintura bidimensional, que se lea como parte de un todo.
Que trabajo tanto bidimensional como tridimensional, logren sostener el concepto de simulacro, mostrado con la simulación de las obras de Rorhko y la repetición de estas en el espacio de recuerdo, del recuerdo experiencial
Con la incorporación a la pintura de objetos que surgen del recuerdo, se logre dar múltiples lecturas a la obra, se entienda que la apropiación de las obra de Rothko no es una critica como acontece en Pictures, tampoco es superar al original, sino reforzar el concepto de simulacro y sus múltiples lecturas.
Descripción
Crear una serie de 6 obras basadas en el concepto de simulacro, esto consiste en tomar seis obras de expresionismo abstracto, específicamente de Mark Rothko, como referente a seguir simular su trabajo utilizando la técnica de pintura acrílica sobre mdf 3 mm 70 x50 cm, cuatro de obras de esta serie serán en este formato bidimensional, cada una de estas , serán vueltas a pintar sobre cartón piedra por ambos lados y este deconstruirlo, cortarlo en planos previamente ordenados en una pantilla, para que cada se cree un juego modular y luego pegarlos con silicona liquida sobre el mdf, creando espacios, jugando con la tridimensionalidad, además en los espacios mas escondidos se pintara un objeto seleccionado.
Luego las dos obras restantes serán modelos espaciales, construidos en mdf 3 mm una superficie 2 veces de 70 x 50 cm, pegados con cola fría y pintados utilizando la técnica de acrílico, con pinturas de Rothko como ya se ha mencionado, por ambas caras, luego serán cortados en base a una panilla, siempre la misma para cada una de las superficies, luego s ecrearan los espacios del recuerdo en que se incorporan objetos del recuerdo esperiencial.